Ofrecer al cliente un espacio adaptado a sus necesidades. Esta es, señalan expertos en marketing y diseño, la idea de partida de cualquier negocio. Es decir, se trate de una tienda de alimentación o de una agencia especializada en nuevas tecnologías, las instalaciones de una empresa tienen en el interiorismo un término ligado a la productividad, tal y como se sostiene, por ejemplo, en estudios editados por publicaciones sectoriales. Centrada en la reforma de espacios y sin olvidar la influencia de nuevas tendencias como el facility management, firmas como la española Chavsa -fundada por Simón Chávarri en 1983- entienden que este concepto afecta a toda idea empresarial, como por ejemplo las clínicas.
La continua introducción de nuevos conceptos en su desarrollo empresarial hace que, actualmente, la entidad impulsada por Simón Chávarri introduzca en sus proyectos los servicios más innovadores y demandados por el público. Con espacios de juegos para los niños o zonas wifi gratuitas, las clínicas de hoy poco tienen que ver con aquellas instalaciones terapéuticas de ayer, caracterizadas por un aspecto más frío y despersonalizado. Por el contrario, en el presente una clínica busca ser un lugar de encuentro -confortable, agradable y próximo- entre el profesional y sus pacientes, que han de sentirse relajados mientras esperan a ser atendidos, cómodos en el momento de la consulta y satisfechos una vez cruzan la puerta de salida.
Desde las agencias especializadas en reforma de espacios, se destaca que será ese servicio de alta calificación, junto a la apuesta por unas instalaciones que reflejen esa excelencia en líneas sencillas y con encanto, lo que acabará conformando la carta de presentación de un profesional médico ante sus pacientes.
En definitiva, diseño, arquitectura, construcción, ingeniería o equipamiento son áreas empresariales que, pese a contar con características diferenciadas, en un proyecto de creación de una clínica impulsan nexos de unión. Es de esa cercanía de la que acaban surgiendo instalaciones que destacan por su profesionalidad pero también por su transparencia, proximidad al usuario y, en definitiva, confianza como imagen de marca.
Una imagen que, sostienen los expertos en marketing y comunicación, no es la que ofrece la empresa sino la que el consumidor acaba generándose en su interior. En este camino, el reto
-aseguran los especialistas- es uno: conseguir que la imagen subjetiva se corresponda, al máximo, con los valores que el empresario desea trasladar. Un proceso en el que, en resumen, el diseño de interiores parece tener mucho que aportar.